Postdata: Te quiero

Holly puso su mano en la barriga hinchada de Sharon y notó la patadita. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

-Oh, Sharon, si cada minuto de mi vida estuviera lleno de momentos perfectos como éste, nunca más volvería a quejarme.

- Pero, Holly, nadie tiene la vida llena de momentos perfectos. Ysi fuera así, dejarían de ser perfectos. Serían normales.¿Cómo conocerías la felicidad si nunca experimentaras bajones?

Película "Postdata: Te quiero”

sábado, 7 de mayo de 2011

Basta una chispa


Se avergüenza por un instante. No le va de mentirse tambien a sí mismo, cosa que sabe hacer a la perfección. De manera que permanece así, con un vacío repentino e inmenso en su interior. Con la sensación de haber perdido para siempre a esa persona. Una certeza, una seguridad, ese conjunto de cosas que lo hacían sentirse único, por encima de todo, casi inmortal.


Luego lo mira. Bien. ¿Por qué he dicho que estoy bien? No tenía ganas de hablar. No me apetece contar mis cosas, escucho a todo el mundo pero nunca tengo el valor suficiente para expresar mis sentimientos. Qué coñazo. No, así no va bien. Tengo que ser capaz de decírselo, de admitirlo, a mí misma y a los demás. Debo decirlo.

Es irremediable, a veces somos incapaces de hablar y eso no hace sino aumentar nuestro dolor. El verdadero problema es que no conseguimos admitir nuestro fracaso, y no un fracaso concreto. Poco importa de qué tipo sea; la imposibilidad de contarlo nos impide comprenderlo de verdad, afrontarlo, resolverlo y analizarlo...Tenemos tendencia a ocultar esa incapacidad por las razones más variadas y nos dedicamos a traicionar, a estar siempre rodeados de gente, a escuchar sus historias o a comprar compulsivamente cosas inútiles para ocultarse, para seguir adelante como si nada.Pero es difícil que se pueda seguir así eternamente, tarde o temprano la persona se derrumba, y cuando esto sucede, basta una chispa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario