Una vez que se quedaron solos, Robin se dirigió al joven y le dijo, "pues bien, muchacho, cuéntame tus inquietudes, háblame libremente. Un caudal de palabras siempre aligera las penas del corazón. Es como abrir la presa cuando está a punto de desbordarse. Ven, siéntate aquí, a mi lado, y desahógate">>.
Howard Pyle
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