Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches y tú empizas a decirme por qué yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.
Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionado mis esperanzas.
¡Escúchame! Todo lo que te pido es que me escuches, no quiero que me hables ni que te tomes molestias por mí. Escúchame,sólo eso.
R. O'Donnell
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