i estás insatisfecho por algo, aunque sea algo bueno, que te gustaría realizar y no lo consigues, para ahora.
Si las cosas no marchan, sólo existen dos explicaciones: o tu perseverancia está siendo probada, o necesitas cambiar de rumbo.
Si las cosas no marchan, sólo existen dos explicaciones: o tu perseverancia está siendo probada, o necesitas cambiar de rumbo.
Para descubrir cuál de las opciones es la correcta, ya que son actitudes opuestas, usa el silencio. Poco a poco, las cosas se van aclarando misteriosamente, hasta que tienes fuerzas suficientes para escoger.
Una vez tomada la decisión, olvida por completo la otra posibilidad. Y sigue adelante.
Al final, todo siempre acaba bien. Si las cosas no van bien, es porque todavía no has llegado al final.
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