No hay que derramar el agua en un vaso lleno. Y no tiene ningún sentido afilar la hoja del
cuchillo demasiado. O si la sala entera está repleta con oro y jaspe, ¿quién podrá cuidarla?
El exceso en todo provoca la desgracia. Cuando el trabajo está terminado, hay que retirarse. Tales son las leyes de la armonía, sugeridas por Tao.
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