urante toda mi vida, mucha gente me ha venido a decir “lo que es en realidad Ibiza”. A muchos les creí, a otro no. Pero ahora me doy cuenta de que quizás todos tenían razón y todos estaban equivocados. Son muchas las definiciones que tiene esta isla. Ibiza son muchas cosas. Ibiza prácticamente no existe. Ibiza no solo existe como un lugar geográfico, una isla del Mediterráneo (Mediterráneo, solo decir esa palabra la boca ya se me llena de magia) de unos 60 kilómetros de largo.
Ibiza es un estado de ánimo, una sensación espiritual, Ibiza es la sal que saboreo en tu piel después de un baño en sus aguas. Ibiza es un almendro en flor una mañana de primavera con una gota de rocío precipitándose al vacío. Es una payesa con todas sus prendas negras sentada al lado de un viejo pozo de piedra ocre fabricando un cesto de mimbre. Es una ola que rompe salvaje en una roca en la ladera de ese castillo en medio del mar, inspirador de tantas leyendas, que es Es Vedrá. Ibiza es una lagartija (aquí las llamamos sargantanas) que se escurre entre las piedras después de haber estado exponiendo al sol su lomo verdigris con la sobriedad de una estatua griega. Es la solemnidad de una de sus cuevas silenciosas, donde puedes llegar a oír la formación de una estalactita, gota a gota. Ibiza es una de sus Torres de Defensa erguiéndose majestuosa sobre la dura roca de un acantilado con el horizonte a su alcance. Es una golondrina negra bailando cerca de mi ventana cuando vuelve en Mayo. Ibiza es su catedral, imponente, calida, dando la bienvenida al abrigo del puerto que luce a sus pies. Ibiza Es una cordillera montañosa, probablemente la más pequeña del mundo. Ibiza es una lluvia fina que te limpia el alma cuando más oscura la tienes. Ibiza es un atardecer imposible desde la orilla del Café del Mar con suaves melodías acariciando nuestros oídos. Ibiza es la fiesta que nunca descansa arropada por un amanecer que a veces llega demasiado pronto. Ibiza es un símbolo de la Paz estampado sobre una bandera multicolor adornando la pared de cualquier habitación. Ibiza es conocer un personaje distinto cada día. Es vestir un personaje diferente cada noche. Ibiza es frió, Ibiza es calor. Es como intentar asar un cubito de hielo en una hoguera de San Juan o guardar una llama ardiente de esa hoguera en un congelador. Es un surrealismo eterno. Es un refugio más mental que físico, es una actitud, una manera de vivir y de pensar. Ibiza es una realidad que muy pocos ven y solo algunos llegan a sentir.
Ibiza es magia. Esa magia reside nuestro interior, en el de las personas que la habitamos y la amamos. Y cada persona que nos visita, se lleva un poco de esa magia y deja parte de la suya, de su huella en la roca de esta isla. Nadie que haya estado aquí se puede sentir indiferente. Esta isla te enamora, te atrapa, te roba la razón.
Cuando me preguntan qué es Ibiza, lo único que puedo hacer señalarme el corazón...
Ibiza es magia. Esa magia reside nuestro interior, en el de las personas que la habitamos y la amamos. Y cada persona que nos visita, se lleva un poco de esa magia y deja parte de la suya, de su huella en la roca de esta isla. Nadie que haya estado aquí se puede sentir indiferente. Esta isla te enamora, te atrapa, te roba la razón.
Cuando me preguntan qué es Ibiza, lo único que puedo hacer señalarme el corazón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario