- Buenas tarde. Me llamo Winston.
- Y yo me llamo Winifred.
- Nacimos hace más de 700 años, en un isla situada en medio del Océano Pacífico. En todo este tiempo nos hemos tropezado con muchos seres humanos. Han robado y asesinado y lo han destruido todo muchísimas veces y nosotros lo hemos permitido, por eso lo hemos perdido todo.
Amigos, nuestro queridísimo hogar por desgracia dejó de serlo. Allí, donde antaño crecían flores de todos los colores, ahora todo es secó y árido. Donde antes el aire vibraba con el cantar de miles de especies de aves, ahora solo hay silencio. Donde las focas y los animales del océano se balanceaban sobre las olas, ahora todo es desolación. Las Galápagos, nuestro maravilloso hogar, es ahora una espantosa masa oscura negra. Las tierras, los océanos, todo nuestro mundo se está cubriendo de petróleo, salvo aquí donde estamos ahora. Si no lo impedís, este lugar también pasará a ser una mancha ennegrecida, porque el hombre es egoísta, aparece en medio de la noche y arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Es como una serpiente que devora su propia cola para sobrevivir, pero la tierra no le pertenece, y el solo es una parte minúscula de ella. El hombre no es el creador del tejido de la vida, es una amenaza para si mismo y para todos los que respiramos el mismo aire. Las neblinas que se levantan por las exuberantes selvas; La frescura de las montañas rocosas; El perfumado aroma del viento tras un chaparrón; las plantas; los hombres y nosotros, los animales. Lo que el hombre no entiende es que lo que le hace a la tierra, a la larga se lo hace a sí mismo y cuando al final, la tierra esté destruida, los animales se marcharán o morirán. El hombre gobernará al mundo solo, hasta que esté perdido y desolado. El también quedará borrado de la faz de la tierra. Pero eso no nos sirve de consuelo ahora, porque todos pereceréis si no os defendéis en contundencia de la humanidad.
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