Luego las cosas se precipitan y ya no hay vuelta a atrás. Y empieza la búsqueda de ese instante en que tu ayer pudo ser distinto.
Llega un momento en el que sabes que no hay retorno y que debes encontrar una explicación que le dé sentido a todo. Y en esa lucha contra el tiempo y tu propia vida, estás dispuesto incluso a dar la vuelta al mundo...
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