Postdata: Te quiero

Holly puso su mano en la barriga hinchada de Sharon y notó la patadita. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

-Oh, Sharon, si cada minuto de mi vida estuviera lleno de momentos perfectos como éste, nunca más volvería a quejarme.

- Pero, Holly, nadie tiene la vida llena de momentos perfectos. Ysi fuera así, dejarían de ser perfectos. Serían normales.¿Cómo conocerías la felicidad si nunca experimentaras bajones?

Película "Postdata: Te quiero”

jueves, 1 de diciembre de 2011

Revista "Tu Mismo" Todos mis momentos son el mejor”.


¿No sería más fácil vivir, haciendo las cosas con cariño, dándoles atención,  paso a paso, cuando terminamos una, a la siguiente? ¿Encontrando espacios para parar 1, 2, 5 minutos para respirar, ver el cielo, los pájaros, las nubes, el sol...? Pasamos por el día con tanta rapidez, con tanto tráfico de pensamientos que no nos damos tiempo para nosotros mismos, para relajarnos, llenarnos de energía interior y seguir, con fuerzas renovadas. Lo malo de todo esto es que, de seguir posponiéndolo, no seremos capaces de parar hasta llegar al hoyo, hasta morir. A lo largo del día hay un montón de cosas que se ponen delante de nosotros para llenarnos, para disfrutarlas y sentirlas, sin embargo, parece que vayamos con orejeras, viendo solamente lo que nuestros pensamientos nos dicen que hay que hacer. Un cuento nos habla de la historia de un maestro zen que, por más que lo intentaba, no llegaba a conseguir la realización. Cierto día, paseando por el mercado, escuchó una conversación entre un carnicero y su cliente. El hombre le pedía al carnicero que le vendiera un trozo de carne, por lo que éste le preguntó cómo lo quería. Rápidamente el cliente contestó que quería el mejor de todos. El carnicero, con una seguridad total y lentamente, dijo: “Todos mis trozos de carne son el mejor, pues todos son los mejores”. Al oír esto el maestro despertó.



Revista "Tu Mismo" Nº34

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