Día corriente, haz que sea consciente del tesoro que eres.
Haz que aprenda de ti, que te ame, te bendiga antes de que te vayas.
Haz que no pase de largo ante ti en pos de algún raro y perfecto mañana.
Haz que te retenga mientras pueda, ya que quizá no siempre será así.
Un día clavaré las uñas en la tierra o enterraré la cara en la almohada.
o me estiraré hasta romperme o alzaré las manos al cielo, y más que nada en el mundo, querré que vuelvas.
Deje este libro y póngase manos a la obra. No lo dude: llame a su madre, póngase a escribir ese trabajo, pídale salir a esa persona especial en la que ha puesto los ojos. Este es el momento que usted estaba esperando.
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