- Papá, ¿hay seres en otros mundos?
El papá, tan concentrado en su periódico, mira a su hijo de siete años. Por un momento, piensa que deberíahablarle, pues sí era un tema muy difícil. Decirle que sí, a esta edad, podría generar desilusión si en algún
futuro se probara lo contrario; lo mismo si decía que no.
- Hijo y ¿por qué quieres saberlo?
- Pues... todos en la escuela están hablando sobre esto. Y no sé qué decir.
- Bueno, diles lo siguiente: si realmente hay seres en otros mundos, entonces debemos organizarnos para
recibirlos. Deberíamos limpiar tierra, aire y mar porque, de lo contrario, ¿qué impresión tendrán de nuestro
planeta? Deberíamos eliminar las guerras para que ellos vean que somos seres de paz. Y, por último, para
mostrar nuestra unidad, deberíamos eliminar toda clase de pobreza.
Con una sonrisa en la cara, el niño escucha atentamente a su papá, absorbiendo cada palabra.
- Y si no existen seres en otros mundos, entonces debemos organizarnos: deberíamos limpiar tierra, aire y mar
porque somos el único planeta habitado. Deberíamos eliminar las guerras para que no lo destruyan y, por
ultimo, deberíamos eliminar toda clase de pobreza porque el planeta es rico y es de todos.
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