El sultán de Persia había
sentenciado a muerte a dos hombres. Uno de ellos, sabiendo cuanto el sultán
amaba a su caballo, se ofreció a enseñarle al caballo a volar, en el término de
un año, a cambio de que le perdonaran la vida. El sultán imaginándose ya él
único jinete del mundo montado en un caballo volador, aceptó. El otro
prisionero miró incrédulo a su amigo: “sabes perfectamente que los caballos no
vuelan –le dijo-. ¿Qué te indujo a ofrecer algo tan descabellado? Sólo estás
posponiendo lo inevitable.” “No es así –replicó el primer prisionero-. He
calculado 4 posibilidades de obtener la libertado. Primero, el sultán puede
morir dentro del próximo año. Segundo, puedo morir yo. Tercero, el caballo
puede morir. Y cuarto… ¿Quién te dice que no puedo hacer que los caballos vuelan?".
"La ciudad del azahar"
Me gusta pensar que los caballos pueden volar, que no merece la pena preocuparse tanto a largo plazo, ¿Quién sabe lo que puede ocurrir?
Me gusta pensar que los caballos pueden volar, que no merece la pena preocuparse tanto a largo plazo, ¿Quién sabe lo que puede ocurrir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario