En nuestra preciada vida, en numerosas ocasiones hemos oído aquellos típicos tópicos como “la vida son dos días”, “aprovecha que en un abrir y cerrar de ojos nos haremos viejos”"ahora o nunca", o los mismísimos clásicos “Tempus Fugit” o “Carpe Diem”, pero hay que saber que el que despilfarra, la paga.
Está muy bien pasárselo en grande, de fiesta en fiesta, bebiéndote y fumándote todo existido y por existir, pero aún está mejor saber que después, unos antes y otros más tarde, todo se le puede volver en su contra.
La sabia Ley del Karma, la ley de causa y efecto, la cual afirma que si realizamos actos desenfrenados, fuera de control o con alguna intención que puede perjudicar a los demás o incluso a nosotros mismos, puede hacer, y de hecho hace, que nos rebote hacia nuestra persona inmediatamente o ya transcurrido un tiempo, denominándose formalmente “saldar la cuenta kármica”. "Todo lo que haces en la vida ya sea bueno o malo te es devuelto".
Sin ir más lejos, las compañías tabaqueras y alcohólicas nos avisan de que puede tener repercusiones nocivas hacia el propio consumidor, con el ejemplo de los eslóganes tan populares como “Fumar Mata” o “Bebe con moderación, es tu responsabilidad”, creen que pueden hacer replantearse mejor su vida a los prisioneros de estas drogas de a pie y al alcance de los niños, pero ellos ya tienen asumido de que cualquier día les tocará saldar su cuenta kármica por sus excesos prolongados a lo largo de su vida.
El saldar la cuenta kármica de estos despilfarros de toda la vida, se convierten en enfermedades letales por excelencia y que cada vez más, se le va perdiendo el respeto gracias a que, por desgracia, se está poniendo de moda. Hablamos de los tumores.
Afirmar que no sólo por excederse y vivir la vida locamente puede provocar un tumor, sino que los que son pasivos, toman alguna sustancia en malas condiciones, o incluso por radiaciones diversas como antenas, teléfonos móviles o el propio exceso de rayos UVA puede hacer que recale sobre tu persona algo de lo que nunca podrás despegarte y siempre estarás arrepintiéndote.
De este modo, antes de que sea demasiado tarde, intentemos no poner piedras en este camino de oro que nos ha tocado vivir, cuidémoslo y sintámonos afortunados por estar aquí, limpiemos de asperezas nuestra vida hasta que llegue nuestra hora, y que cuando ésta llegue, que sea por decisión de la Madre Naturaleza, y no por nuestros propios errores en el pasado.
J.R.
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