Y es que se nos olvida que la vida es prestada, que no nos pertenece. Se nos olvida que la vida la tenemos sólo cada hoy. Pero resulta que de tanto hoy repetido se nos olvida vivir. Planeamos para mañana, tenemos la agenda programada por semanas, meses y hasta años adelantados y se nos olvida que la vida es sólo hoy.
Raquel Levinstein
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